
Debo admitir que nunca terminé de ver esta película, pero creo que entiendo el concepto general. El martes tras el partido en el que Di
Tella venció a
UTN Avellaneda por 1-0, llevé a un amigo a una clínica por que sufrió una pequeña conmoción. Había salido de mi casa a las 9 de la mañana y eran las 11 y seguía en la clínica sin haber comido ni tomado agua (después de haber jugado al
futbol). Afortunadamente, a mi amigo no le pasó nada pero me agradeció que lo hubiese llevado. Hoy perdí el celular. No me acordaba mi propio número a sí que no me podía llamar. Era tarde y encima lo había perdido en el medio de los bosques de
palermo. Sin embargo, la cadena de favores me jugó una buena pasada. Cuando llegué a casa mi hermana me dijo que alguien había llamado a mi papá por que tenía mi celular. Me llamé y a la media hora me encontré con el tipo que me devolvió el celular. Le llevé una botella de vino que tenía para agradecerle. El me dijo: ¨No hace
falta, simplemente, si
encontráis un celular
devuelvelo¨
Hagamos favores.
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