
El otro día
escuché por ahí que es bueno cambiar la forma de pensar, cuando cambian las
circunstancias. Este es el caso. Volvieron las clases, salió el sol, aumento la temperatura, subieron los bonos, el
merval, parece que la rutina está de vuelta. Tras una noche larga de reflexión cambie mi forma de pensar. Mejoré mi humor veo las cosas con cierto optimismo y
tranquilidad. Como si fuera poco tengo un plan de esos que me gustan a mi. Ambicioso. La gente que me conoce sabe que no me gusta andar con
chiquitajes. Necesito mirar alto para sentirme seguro, el riesgo es mi combustible, el
autoestima mi motar,
el éxito mi destino. No voy adelantar nada por el momento para no quemarlo. Dejé de buscar trabajo, no tiene sentido, no voy a encontrar nada que me
plazca ni que me sirva. Vuelven los viejos grandes proyectos. Vuelven los
delirios de grandeza, vuelve el
exitismo. All-in.
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