Mis mas lúcidos lectores recordarán que escribí un post acerca de mis motivos por lo cual no veía dos. A dos meses de ese lamentable hecho (habiendo caído en la trampa de la multipremiada serie), me propongo enumerar argumentos acerca de porqué me reuso a caer en las manos de la psicología. Espero no contra decirme en un par de meses.
Algunos dicen que en la Argentina la mitad de la población es psicóloga y la otra mitad va a terapia. Desde muy chico he tenido cierta reticencia a la terapia, pero hoy en medio de una discusión con un periodista me he dado cuenta el verdadero fundamento de mi escape a la "ciencia freudiana".Cuando alguien recomienda ir al psicólogo, a otra persona, argumenta que es una persona que desde una posición "objetiva" y "ajena" puede ayudar a mostrar otra perspectiva de la vida al paciente. Al ser el terapeuta ajeno a la realidad del paciente, tiene la capacidad de analizar con perspectiva (y bajo un método el cual es discutido dentro de la misma disciplina al menos desde tres perspectiva o escuela) la situación del mismo. El denominador común de estas tres corrientes (hasta donde yo sé la psicoanalítica, la conductivista y la sociológica) es el de la distancia entre el profecional y el paciente.
De este argumento se deriva que un psicólogo tiene que ser desconocido para el paciente. El terapeuta no puede haber participado de decisiones previas de la persona que atiende. Ningún psicólogo analiza "oficialmente" a su pareja, ni a sus hijos, padres, o hermanos. A esto llamaremos autonomía del terapeuta.
Otro de los supuestos es que el analista tiene la capacidad técnica de dar respuesta a los problemas que el paciente plantea, o al menos mostrar como ellos mismos (los pacientes) podrían resolverlos. El psicólogo debería ser diestro en el manejo de las situaciones, a su vez que debería poseer un gran background que le permite comprender la situación del otro. Un psicólogo deportivo debe conocer la interna de los clubes y del fútbol, si quiere atender a un jugador. El psicólogo de un trader de bolsa, debería conocer como funciona la city para poder ayudarlo. El psicólogo de cualquier adolecente veinteañera con problemas con su pareja debe ser al menos "Hitch". A esto llamaremos idoneidad del terapeuta.
Mi argumento principal es que la autonomía y la idoneidad del terapeuta no solo son difíciles de alcanzar si no que también son principios contradictorios. La persona mas idónea, en un tipo ideal, sería la que haya vivido una situación idéntica a la que vivió la paciente, lo cual le quitaría total autonomía. Y a su vez, la persona mas autónoma sería la menos idónea.
No hay un psicólogo que se pueda poner en el lugar de uno, ni hay uno que pueda estar en el limbo observando tu vida y haciéndote tomar la decisión correcta.
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