Como abucheamos en las malas, aplaudimos en las buenas. La renovación del Re. Na. Per es mucho mas que la garantía de documentación para todos los argentinos. Es la prueba de que el Estado, si se lo propone, puede operar de manera eficiente.
Recordamos que durante el gobierno de Menem hubo un escandalo con la multinacional Siemens por la licitación para la renovación del sistema de producción de los documentos de identidad. El presupuesto que la empresa le había ofrecido al estado ascendía a la módica suma de 50 millones de dólares. Hoy el Ministerio del Interior pudo hacer un plan similar con un tercio de dicho presupuesto.
Mas allá que celebramos que este gobierno haga una obra pública despojada de corrupción, nuestra felicidad trasciende al hecho. El estado no es ineficiente por naturaleza. El argumento liberal (en el sentido económico del término) sostiene que el estado debe encargarse de los temas mínimos (garantizar la seguridad, el orden jurídico, etc) y licitar o terciarisar todo lo que tenga que producir. El argumento (de moda en el país, en la época de las privatizaciones) sostiene que las empresas tienen más incentivos para producir de forma eficiente. Gran mentira, gran. El sector privado no tiene por que ser mas eficiente que el Estado. Si hay una determinada manera de hacer mejor las cosas, esta no es propiedad exclusiva del Estado. De lo único que podemos estar seguros es que el privado, va a obtener una rentabilidad de sus trabajo eficiente. El estado no necesariamente.
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