domingo, 16 de agosto de 2009

Relato de una noche intrascendente

¨Son $21.34 pibe¨ dijo el tachero al llegar a mi casa a eso de las cinco y media de la mañana. Otra noche intrascendente terminaba. La mayoría de las noches son intrascendentes para todos, recordarla capáz la haga un poco más especial.
Todo comenzó con un mensaje de texto. ¨Comprame un tinto mas o menos bueno, de 20p" le escribí a mi amigo "el bovino". Eran las 7 de la tarde pero yo me iba a acostar a dormir una ¨siestita salidora¨, había sufrido los 30 grados de agosto, jugando un partido de fútbol en Pilar. Soñé con un viejo amigo, que estaba y no estaba; y con una pizarra en la que un técnico dibujaba como tenía que defender el sector derecho del equipo (el 8 le tenía que salir al tres, el cuatro al volante, y el segundo marcador central al delantero que sobraba) era la única forma que no nos lleguen tan fácil, el partido iba 2-3 y los tres goles de ellos habían venido por el mismo lado.
Solo había comido unas traviatas con jamón crudo y queso, pero no tenía hambre cuando me levanté. Ya me había bañado antes de acostarme. Eran las 11 y estaba llegando tarde (¨Duermo una siestita y a las 11 estoy en tu casa¨ le dije al bovino) Me apuré. Le pasé un trapo a las zapatillas, me puse ese pantalón que ya está medio gastado (soy de esos que se pisan el ruedo, típico de una persona culona de 1,74 a la que todo los pantalanes le quedan largos) y salí.
No era una noche para manejar. El pronóstico anunciaba granizo y yo había encargado un tubo de tinto. Hice que mi hermana me alcance hasta la casa del bovino, cerca de la facultad de Psicología en Once. En el camino se veían como los ¨chicos malos¨ esperaban a los clientes. Muchos de ellos habían venido del norte del país e incluso de países limítrofes para empezar una nueva vida. Sabían que el gusto de los argentinos por ¨nuevas experiencias sexuales¨ iba en aumento. Recuerdo que mi amigo el facha siempre dice: "Son lo mejores chupando la pija, saben lo te gusta¨. Yo por el momento esa mano no la juega, prefiero irme al maso.
Antes de llegar a lo del toro, pasé a comprar unas papitas y una coca (el bovino me la había pedido para el fernet) por una estación de servicio. Todavía me acuerdo el sabor de esas papitas doradas (la de la proganada de la amiga sin tetas). Hice durar el vino dos horas. Con el bovino y Foster hablamos de todos los temas. Desde el beso negro hasta los principales temas de la existencia humana, y la búsqueda de la felicidad. ¨La puta madre, no puedo creer que todavía no llueve, me cagué de calor todo el día¨ exclamaba Foster. Dicho y hecho. Justo cuando nos aventurábamos a dejar ¨La hacienda del bovino¨ se largo con todo. ¨Ya fué tomemosnos un taxi¨ sugirió Foster.
Nunca pensé que conseguir un taxi en Rivadavia (La avenida mas larga del mundo) fuese tan díficil. El problema era que el bovino estaba con una botella de coca en la mano ¨Agitando¨ al canto de ¨Llevame puto¨. Tuve que tomar protagonismo. ¨Escondé la botella gil¨ le dije al bovino mientras le aplicaba un correctivo. Fue entonces, cuando un tachero se apiadó de nosotros. Ibamos a la fiesta de una amiga de la Infancia. Solo sabiamos que era en un lugar que según el bovino era Jet (Lo cual yo sabía que era cierto por que ese lugar es de los denominados TOP de Buenos Aires, por lo que no daba el target de la feista) y la dirección era Cabrera al 3.200 (lo cual no coincidía con Jet que queda en la costanera).
Llegamos a Cabrera al 3.200, no había ningún bar en esa cuadra. La ebriedad reinaba entre nosotros. EL bovino se pegó en el pecho un cartel que decía precaución o algo así, lo arrancó de una construcción. ¨Capás es al 4.200¨ tiré (pensando que en esa zona había mas bares). No fue díficil convencer a dos borrachos. Caminamos como 7 u 8 cuadras. Hasta que lo vimos ¨Set¨. ¨Viste que no era Jet, boludo".
Entramos. Lo que sucedió adentro del local no lo puedo contar. Foster se fué primero. Seguramente le haya tocado timbre a la novia, en busca de la repetición de ese gran mañanero que nos había contado. Hoy me llamó el bovino para contarme que la chica ecuatoriana de tamaños atípicos y tez morena que ¨lo había acosado toda la noche¨ se fue con el a su casa. La despidió a las 10 de la mañana, deseando no verla nunca mas.
¨Cobrate $22" le dije al tachero.

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