La cogí como nadie la había cogido

Algunos pensarán que es un sacrilegio. Otros simplemente que merezco juicio político. No faltaran los conservadores que me tilden de demagogo ni las muchedumbres que me aplaudan. Sinceramente, nada de eso me importa. Hoy me voy a tomar el Whiscola mas caro de mi vida.

El plan comenzó allá por el 2006, eran las 17 horas y acababa de salir de rendir el final de mate 2. Lo miré a los ojos a mi compañero y le dije, no veo la hora de cantar "es el estudiante" (Famoso tema de chipo cipoleti) en la fiesta de egresados "con la cabeza rota". En ese entonces, la "carrera" era el cerro unitorco y yo una señora de 54 años con varices. Sabía que podía escalarla, pero no veía la hora que el final llegara. Y llegó.

Tesis mas tesis menos, este año me estoy egresando, hoy lo festejaré en un conocido boliche de Palermo. Por eso no dudé. Esperé sigilosamente la hora adecuada, cuando no hay nadie en casa, y caminé a ese lugar que siempre miramos y nunca tocamos. La barra familiar, ahí donde están las copas lindas que nunca usamos. Abrí la bóveda etílica y la encontré. (Debo admitirlo al lado de ella reposaba una prima, de procedencia dudosa que no conocía. Algunos dicen que es del que tomaban el Diego y Cópola cuando se sacó esa foto en el barco, con un puro en una mano, anteojos de sol, el tatuaje del Ché y esos vasos petacones, inconfundibles). Ellá era mucho para mí. Como esas mujeres que deseamos cada vez que salimos, pero no tenemos el coraje para recitarle un poema, o un chiste. Pero hoy era distinto. Me animé. La cogí como nadie la había cogido. Bella botella de Chivas Regal 20 años, si quien te parió hubiese sabido que ibas a terminar mezclada con coca. Si tu mentor escoses hubiese imaginado los inalcanzables límites de la creatividad alcohólica argentina seguramente no hubieses nacido. Tú que naciste para ser vendido a $200 el trago en Asia de Cuba, hoy terminás en el whiscola que me alegrará la noche.