Ha Hector Timerman lo venimos siguiendo desde que fue nombrado embajador en los Estados Unidos. Siempre ha tenido un rol totalmente confrontativo lo que lo transformo en un gusto apetecible para el paladar de los Kirchner. Sin embargo, suponíamos que al ser consagrado con semejante investidura sus tonos iban a cambiar dado que un canciller debe ser por sobre todas las cosas "el diplomático por exelencia".
Nuestros buenos augurios no podían distar tanto de la realidad. Hector Timerman no solo se ha transformado en un defensor acérrimo del gobierno, sino que se vuelva constantemente a temas de política interior. Un canciller debería ocuparse únicamente de temas de cancillería y relaciones exteriores. Debe preservar la investidura, y creemos que no lo está haciendo. Nos preguntamos ¿Qué sentido tiene que Timerman se pelee con Leuco o Castro sobre la ley de medios? El está para otra cosa. ¿Qué busca? ¿Hacerlos cambiar de parecer a ellos? ¿Quedar bien con la pareja presidencial?
Creemos que por más legítimas (o no) que sean sus intenciones, se está equivocando. Un canciller tiene que ocuparse de la "Real Politik". Que hable de política interior es como aquel nueve que no le llega la pelota y baja a recuperar hasta su propia área. Inútil.
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