viernes, 17 de diciembre de 2010

Ser hijo de p




Ser hijo no es tarea fácil. Ser hijo de alguien muy importante, debe ser mucho más difícil aún. Pocos han sabido canalizar la fama de sus padres para desarrollarse a sí mismos en la misma u otra disciplina.
En el universo político, este tema es mucho más complejo. El hijo de un jugador de futbol, puede no jugar bien, ni si quiera jugar, y hasta no interesarle el futbol. Un hijo de político, no puede ser un mal político. En todo caso tiene que ser apolítico, mantenerse al margen, pero de ninguna forma ser contraproducente para sus padres. Si un referente quiere trasmitir un valor, y su hijo trasmite todo lo contario, está en serios problemas. Para ilustrar este pensamiento, se podría decir que un referente contra la delincuencia no puede tener un hijo ladrón.
Ante las publicaciones de la presunta cuenta de Florencia Kirchner, suena la alerta de la prudencia. La hija de la presidente debería llamarse a la prudencia y la templanza. Puede herir susceptibilidades que ella hable de autos carísimos, y que ostente poder. En todo caso, el movimiento que representan (en el discursos) sus padres, dista mucho de los lujos del capitalismo que ella manifiesta. Me imagino que muy pocos Kirchneristas ortodoxos piden al delìvery de mac.

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